martes, 11 de agosto de 2009

La Urraca

La urraca es un animalito que tiene por costumbre pasearse en boatiné por la casa, limpiando aquí y allá con gran vehemencia, mientras mira el culebrón de la tele, escucha la radio, ojea el periódico y canta sin parar.

Su vida sexual es igual de versátil, ya que puede estar con el macho en plena faena, al tiempo que teje una colcha a ganchillo, idea nuevos vestidos para los niños y mece la cuna del bebé con el pie (pata) que le queda libre fuera de cama. En casos excepcionales, puede preparar unas oposiciones a funcionaria del estado, además de lo descrito.

No obstante, su nombre le viene de otra de sus particulares costumbres: y es la de esconder cosas para que el macho no pueda encontrarlas, y así poder tratarle de bobo. Por ejemplo, suele ponerlos alimentos muy a primera vista en el frigorífico, a sabiendas de que le resultará muy difícil adivinar donde está la mantequilla, que él (dada su complejidad neuronal) espera encontrar en lo más recóndito del receptáculo. Con frecuencia, cambia las cosas de sitio, lo que le desconcierta de manera muy significativa.

De maniáticas costumbres, destaca su obsesión por la limpieza y el orden. En este sentido, conmina al macho para que “colabore”, sobre todo en los fines de semana, viéndose obligado éste a recoger el trastero o podar el jardín, precisamente cuando están retransmitiendo por la tele el partido Madrid-Barça o la final de la Davis, con Nadal y Federer. Se desconoce el porqué de este comportamiento sádico de la hembra hacia el macho, pero autores como J. Urrak, afirman que es consustancial con la especie.

Las urracas cantan sin parar, por lo que muchas se apuntan a corales locales. Les gusta comunicarse continuamente con otras de su misma especie, con las que conversan ininterrumpidamente. Un estudio efectuado en la Universidad Urrakys de Pensilvania, ha dado como resultado que estas charlas carecen de contenido argumental. Tal parece que hablan por hablar, como respuesta a una necesidad innata de emitir sonidos, porque sí.

No obstante tratarse de un córvido de menor tamaño que su pariente elcuervo, ha adquirido gran importancia al haber llegado a ser reina de Castilla una de ellas (Doña Urraca).

No se ha confirmado que estas aves se alimenten de los ojos de sus víctimas, como ocurre con los cuervos; pero J. Tuert, afirma haber padecido un fuerte ataque en su globo ocular por parte de una urraca, valiéndose de la Minipimer. A tal efecto, los urracas se ve obligados a esconder toda arma arrojadiza de la cocina, cuando regresan de las fiestas nocturnas con los amigos.

¡Así de crueles son la urracas!