miércoles, 17 de octubre de 2012

EL TIEMPO

No hace mucho que los seres humanos creíamos que el tiempo era el transcurrir de las horas y también algo meteorológico. Así surgieron los relojes y los barómetros. La mejor cualidad de los primeros es que den la hora exacta en cualquier parte y lugar de la tierra y hasta del cosmos. Pues no, resulta que el tiempo es mucho más, desde Eistein, siendo una variable sujeta a alteraciones, de modo que no transcurre igual en todas partes y, mucho menos, en distintas circunstancias. No es sólo que se nos haga largo esperando a la novia, o corto cuando estamos disfrutando con ella, sino que realmente transcurre más deprisa o más despacio, dependiendo de la velocidad a la que nos movamos. A la de la luz, tiende a cero. El viaje en el tiempo es a los cosmólogos lo que los cruceros a la gente normal y corriente, algo deseable pero inalcanzable. Y eso que ahora se han puesto de moda y todo el mundo va a Santorini en barco (mientras no vuelque). Nos dicen los astrofísicos que el viaje al pasado no es posible, por aquello de las paradojas. La más impactante es que podríamos matar a nuestro abuelo, con lo cual nunca habríamos nacido. Esto parece de sentido común. Pero sí se puede viajar al pasado, yendo a velocidades próximas a la de la luz. En cuyo caso, diez años de viaje espacial vienen a ser cien en la tierra. Digo yo que volver al futuro, cuando puede que ya no se den las condiciones para un aterrizaje sin incidencias, o acaso el planeta se haya deteriorado tanto que ya no sea compatible con la vida, o, lo peor, todos los seres queridos de los astronautas han muerto, o están en estado tan decrépito que no conozcan ni a su padre, no es lo más inteligente que puede hacerse, ya se trate de la NASA. Los viajes en el tiempo, ¡ya existen! ¿No es la vida un viaje en el tiempo, desde nuestro pasado hasta nuestro futuro? No podemos tener presente el pasado, pero sí recordarlo. Y si es remoto, estudiar los hallazgos arqueológicos. El futuro remoto no podemos conocerlo, pero sí nos hacemos una idea de cómo será. Nosotros vivimos en el futuro, ya que cada instante ya está en el pasado. Cada segundo se diluye del presente. ¿Entonces para qué coño queremos una máquina del tiempo? Se me hielan las carnes al pensar que algún científico listillo (o muy listillo) pueda conseguirlo, pues veo que peligra mi integridad. Y la de ustedes / vosotros. ¿El tiempo? el tiempo es lo que se jode cuando llega el fin de semana.