martes, 31 de marzo de 2009

LOS VAMPIROS Y LAS VAMPIRAS

Hay muchas clases de vampiros y vampiras (o vampiresas), de los que los más peligrosos para el hombre son, a saber: los chupadores de sangre, los chupadores de almas y los chupadores de fluidos corporales. Todos ellos aportan cierto placer a sus víctimas en el momento de la mordedura letal, especialmente los últimos citados, y más si son hembras.

La añadida circunstancia, es que estas especies están por todas partes y en todos los países, atacando por las noches, donde muestran una actividad ruidosa y desenfrenada; mientras que los inofensivos comedores de insectos o frutas, se recluyen en grutas, guardando un respetuoso silencio. No obstante, esta afirmación es rebatida por J.Dracul et cols, afirmando categóricamente que también atacan por el día, donde están especializados en oficinas de empresa, los chupadores de sangre; asimismo, los chupadores de almas pueden actuar en horario diurno en iglesias, basílicas, sinagogas y mezquitas. Los chupadores de fluidos corporales parecen preferir actuar con nocturnidad, en habitaciones de hoteles, automóviles y callejones obscuros.

Se les distingue por el pelaje: los chupadores de sangre suelen usar trajes de chaqueta color gris o gris azulado y corbatas de colores sobrios. Los chupadores de almas, visten normalmente de negro, menos los líderes que lo hacen de morado, aunque se está imponiendo la moda del turbante y la chilaba (según últimos datos de la Pasarela Cibeles). Las hembras de los chupadores de fluidos corporales son fácilmente diferenciables por su vestimenta, que incluye, indefectiblemente, liguero y medias de licra; pero son muchos los machos de esta especie que visten del mismo modo.

En todos los casos, trasmiten la conocida patología “anemiachupa-chup”, que cursa con pérdida de hematíes, falta de ilusión por la vida y deterioro del líquido seminal. También se aprecia una decoloración de la piel llamada “Sidestiñe” (J. Tintorero et al). Especialmente peligrosa es la capacidad de mimetismo de este tipo dev ampiros, de modo que, por ejemplo, una hembra chupadora de cualquiera de las tres especies, se nos puede presentar como una frágil y tierna doncella. Cuando queremos darnos cuenta, ya nos ha mordido y, en el peor de casos, nos vemos obligados a casarnos con ella.

Mucho cuidado amigos/as con estas especies de vampiros.

LOS CHOCHINES Y LAS POLLAS DE AGUA

De estos animalitos lo primero que hay que aclarar es que se trata de aves, repito: DE AVES.

Sus costumbres resultan ser más que obvias. A los chochines les encanta estar húmedos, por lo que frecuentan humedales. Las pollas de agua van más allá, puesto que su obsesión consiste en mojarse…, para conseguir alimento.

Los primeros muestran gran belleza en su plumaje, que es tan fino que recuerda al pelo humano. De ahí viene la expresión “vello púbico”(otra vez cambió la “b” por la “v”), que se aplica a los chochines… y a otros animales, incluso a las pollas de agua. Suelen emparejarse entre ellos (chochines y pollas), aunque pueden darse relaciones entre los de su misma especie.

Los chochines estuvieron a punto de la extinción, cuando alguien se empeñó en ponerles unas castas bragas. Esto hizo que no pudieran procrear el conjunto de todos ellos y que fueran confundidos con avestruces otros muchos, a los que se les dio caza. Asimismo, repercutió en la población de pollas de agua, que tuvieron que emigrar a otros humedales alemanes (“Alemanita”) o españoles como “La Hermana de la Zurda”, sito en la provincia de Badajoz. En la actualidad, se las recoge en algún que otro Club Reserva y sólo recurren a los ecosistemas citados, cuando por su aspecto y timidez les resulta imposible relacionarse con los chochines.

Los depredadores naturales de los chochines y pollas de agua son el grajo curacuervo y el cocodrilo; pero como este segundo no habita en España, no incide sobre la población. Sin embargo el curacuervo los ha venido persiguiendo a lo largo de su historia e incluso ha visto con muy malos ojos las relaciones con los de su misma especie. Esto ha hecho mermar significativamente el censo poblacional, ya que para poder reproducirse tenían que esperar largas colas para conseguir una autorización. Hoy en día celebran una ceremonia denominada “boda”, a la que asisten otros muchos pájaros, como cacatúas y grullas, milanos y estorninos, así como todo tipo de animalitos del bosque. Esto noa segura su reproducción, pero sí el permiso de los curacuervos para seguir frecuentando los humedales.

En los experimentos de laboratorio realizados por J. Pycher Brave se comprobó que las relaciones entre chochines y pollas de agua son altamente satisfactorias y muy divertidas. En el estudio doble ciego, se simularon las circunstancias de apareamiento con los alumnos y alumnas de Universidad Ornitológica. El 100% de las pollas de agua quedaron satisfechas. No así los chochines, cuya satisfacción estuvo en torno al 40%. El profesor Pycher Brave apuntó que esto se debió a la imposibilidad de conseguir Machos Ibéricos, dada su gran escasez.

DEL LUTHIER EN SÍ

En mi corta experiencia como guitarrero he establecido íntimo contacto con el mundo de la madera. En nuestro pensamiento reside la idea de que las cosas que nos rodean son rígidas e inmutables, incluidos nosotros mismos. Con el paso de los años, nos damos cuenta de que todo es elástico, también el espacio-tiempo. Esto ya nos lo vienen diciendo los astrofísicos, pero cuesta comprobarlo y más hacerse a la idea, que se refuerza cuando, al mirarnos en el espejo, contemplamos la huellas que el tiempo va dejando sobre nuestro cuerpo.

Al mecanizar las delicadas y preciosas maderas, pensé que dado un croquis, todo era cuestión de seguirlo en sus medidas, con precisión de décimas de milímetro. Doblados los aros y encolada tal o cual pieza, debía encajar todo como un puzzle. Vale que no soy un luthier experimentado, pero salvados lo posibles fallos de oficio, me he dado cuenta de que los materiales están vivos y que la madera, aunque seca, tiende a recuperar su forma original, debido seguramente a que posee memoria. También a deformarse, tal vez siguiendo la luz que recibía del sol cuando estaba en el árbol, antes de ser talado.

Independientemente de que esta propiedad de la madera haga de la luthería un oficio de alta artesanía (yo diría que artístico), invita a la reflexión filosófica sobre la flexibilidad de nuestro universo.

Curiosamente, el cerebro humano se resiste a esta flacidez y levedad del universo y de nosotros mismos, a pesar de ser una víscera blanda y cambiante con las experiencias y el paso de los años. Tan es así que, en los escáneres cerebrales, se aprecia la resistencia de nuestro cerebro a asumir las distintas perspectivas o ideas de nuestra cultura, oponiéndose claramente a cambios que modifiquen nuestros criterios preconcebidos de la realidad personal. Esto sucede en personas de ideas conservadoras y, en la misma medida, en las liberales, lo que no deja de ser asombroso.

Sólo podemos acceder a la flexibilidad del pensamiento mediante la reflexión racional y científica, valiéndonos de las indiscutibles matemáticas.

Dos más dos son cuatro, por definición… ¿o no es así en otros sistemas numéricos posibles?

lunes, 16 de marzo de 2009

EL SALMÓN, EL SALMONETE Y EL MERO

Aparentemente, se trata de seres distintos, pero les une una gran coincidencia, no sólo porque los tres son peces, sino porque comparten el mismo sentimiento religioso… ¡como lo oyes!

Así, el salmón, resulta ser un salmo demasiado extenso, mientras que el salmonete es un salmo pequeñito. Por su parte el mero, es un mero… salmo, sin más atribuciones.

Circulan por las capillas de pecios hundidos, entre libros mohosos repletos de latinajos.

El salmón es viajero y sale por ahí a desovar a las misiones, lo que se conoce con el nombre de apostolado; mientras que el mero salmo, permanece en su vida monástica, generalmente enrocado en sus principios religiosos, presidiendo alguna que otra conferencia episcopal. El salmonete actúa de comparsa en estos ambientes, y muchas veces, acepta una parroquia de barrio marino.

La vida sedentaria del mero, le resulta más rentable, habiendo llegado algunos a ser Papas (de la mar); mientras que la vida misionera, remontando ríos torrenciales, depara no pocos disgustos, cuando los osos hambrientos merodean en los repechos de las corrientes.

Tradicionalmente, los meros se han llevado mal con las sirenas, a las que han venido reprochando su desnudez, tapándose los pechos únicamente con la melena, ya que, ante un golpe de mar, éstos quedan muchas veces al descubierto, provocando la lascivia de los percebes, que se yerguen erectos. Pueden aceptar, no obstante, una relación sexual casta entre ambos, siempre que se pasen por la vicaría del arrecife. Tampoco los salmones son muy bien vistos por los meros, por la amistad de aquellos con cangrejos ermitaños (jesuitas), que tienen la manía de buscarles las cosquillas al poder papal, cercano a Neptuno.

Pero, para fobia, la que le profesan a las almejas; sobre todo a la variedad "campera" (ver artículo sobre la almeja). Nadie lo sabe, pero la concha de nácar que cubre la desnudez de este impúdico ser, la inventaron los meros, allá por la edad media, constituyendo el primer y genuino cinturón de castidad marino conocido.

Como puede verse, en este artículo, "en todas partes cuecen habas". ¿Qué tal unas habas con almejas?

sábado, 14 de marzo de 2009

LA ALMEJA

Se trata de un ser bivalvo, de cuerpo meloso y baboso, dotado de dos clítoris extensibles, que alarga fuera de las conchas, para respirar. De aspecto impúdico, suele vivir encerrada en su concha y enterrarse en la arena, dejándose ver únicamente cuando las circunstancias le son favorables. Su nombre científico es "Bibalvus impudicus".

"Almeja" y "concha" son dos acepciones utilizadas por los humanos para referirse a seres tan controvertidos y complejos…, como las almejas.

Han sido catalogadas dos clases: la "marinera" y la "urbanitas", amén de la "hermana mayor" o almeja de la alta sociedad, u "ostra". Así como la marinera es asequible, la urbanitas resulta más esquiva, en tanto que la ostra se mueve en altos ambientes sociales; si bien algunas, de inferior calidad, se muestran en comidas y cenas de empresa o fiestas familiares, de carácter plebeyo, una o dos veces al año. Todas estas especies son más del gusto de los caballeros que de las damas, como cabía esperar. Asimismo, ellas prefieren los percebes (por razones obvias). No es raro observar parejas de hecho (que no matrimonios) entre percebes y almejas, presentándose en sociedad.

Ambas especies se encuentran con facilidad en el funcionariado de los arrecifes, por el que todos pasamos alguna vez, cuando necesitamos algún certificado oficial. Mucho más raro es encontrarlas tocando las castañuelas en un tablao flamenco.

Una variedad de la "urbanitas" es la "almeja campera". Se las puede ver todo el año en, por ejemplo, la Casa de Campo de Madrid; y, sobre todo, cuando la temperatura se suaviza con la estación; en cuyo caso, alternan con las setas de temporada. Sólo sucede, en esta circunstancia, que los percebes se desgarran de la roca y puede vérseles merodeando por los aledaños del recinto.

La vida de la almeja es, no obstante, efímera, terminado por compartir plato con los indolentes fideos. Mientras que, al contrario, los percebes son plato de lujo en mesas distinguidas. En este sentido, la ostra (o "peaso" de almeja), comparte la misma buena suerte.

En estos tiempos, las cosas tienden a cambiar para las almejas, asociadas para reivindicar su derechos en la organización AAA, o triple A (A = almeja), en una guerra sin cuartel contra el percebe. Dicen ellas que, si el percebe se inmiscuye en sus asuntos, cerrarán la concha de golpe, ateniéndose éste a las consecuencias. De este modo, han sido vistos algunos ejemplares circuncidados, navegando a la deriva.

Sólo se me ocurre añadir: para vosotros que disfrutéis comiéndoos alguna que otra almeja; y para vosotras, que degustéis algún que otro percebe que sea de vuestro agrado… Me refiero al marisco, o ¿en queestabais pensando?

viernes, 13 de marzo de 2009

EL TIBURÓN

Hermosa presencia y gran depredador de los océanos, resulta prácticamente inútil al ciudadano medio, que acude a las playasalgunos fines de semana, muchos puentes y casi todas las vacaciones. En efecto, cuando se espera que se coma a tu suegra, el escualo se decanta por la señorita maciza que chapotea sin sujetador, con un penoso estilo de natación (como se observa en todas las pelis detiburones); lo que resulta altamente frustrante, dado que es lo único que merece la pena mirar en una playa. Porque, no nos engañemos, los cangrejos los vemos habitualmente en la paella, y son muy feos. Además, la aglutinación de cuerpos semidesnudos sobre la arena,constituyen una panorámica tal, que nos recuerda los documentales del Nacional Geografic, en su descripción de las focas, morsas y leones marinos; y eso ya está muy visto.

Excepción que confirma la regla, son los japoneses, que se comen su aleta, dejando al tiburón vivo y lisiado (los muy bestias). La mayor parte de la comunidad científica opina que su comportamiento agresivo con las señoritas, les viene de este trauma; ya que retornan muy cabreados de la experiencia nipona, con la mala intención de privarnosde la contemplación de la suecas (que ya es mala leche… la de los japoneses).

Tan sólo la pintarroja (o pez lija), pequeño tiburón con la piel recubierta de diminutos huesecillos, a modo de textura de lija, y el marrajo son útiles a los humanos. El primero, porque se puede utilizar para limarnos los callos de los juanetes (con dos pasadas de tiburónsuele ser suficiente). Cuando el pie está hecho un asco, puede recurrirse al gran tiburón blanco, que te lo arregla del un solo bocado. El segundo, resulta de gran utilidad a los pescaderos, que te lo venden por pez espada.

Excepción a parte, son los dentistas (en argentino = maestrosodontólogos), a los que acuden los escualos a repararse las caries y hacerse limpieza de boca, así como retirar los huesecillos del último submarinista, incrustados entre los dientes. Además, les cobran en dinero negro, como hacen con los humanos. Con tanto diente como exhibe el tiburón, se forran de tal manera, que si agitas a uno de estos profesionales, se desprenden euros con facilidad.

Luego está el tiburón martillo, que tiene los morros de esta curiosa forma; pero que si te lo llevas a casa, para que te haga alguna chapuza, no sólo no utiliza su herramienta, ni arregla nada, sino que,c omo tienes que remojarlo en bañera de vez en cuando, en un olvido puede morder a algún ejemplar de tu familia, o, mucho peor, comerse al gato.

Los submarinistas suelen dar espectáculos en vivo con ellos, acercándoseles peligrosamente para darles de comer en la mano, lo queresulta muy aburrido y rutinario, ya que es rara la vez que el escuelo prefiere la mano del buceador, a la sardina que porta.

Como a nadie se le ha ocurrido dar el cambiazo en el la piscina del zoo, de tiburones por delfines, pues tampoco pueden gozar nuestros niños del morbo " a ver que pasaría".

Poco más puede decirse de este decepcionante animal, salvo que comparto su gusto por las señoritas de buen ver.

martes, 10 de marzo de 2009

EL PERCEBE

Los percebes son unos animalitos con cuerpo de pene y cabeza de uña depie de persona mayor, que no se lava habitualmente. Como quiera que seconfunden cuerpo, cabeza y pies, son denominados por los científicos"cefalópodos" (que no se trata de un insulto, sino que significa algoasí como "cabeza en los pies").

Tiene el cuerpo recubierto por una piel oscura (como el pene de unnegro), pero si se les pela convenientemente, se muestran sonrosados,en todo su esplendor.

Le gusta vivir en colonias, donde se congregan multitud de ejemplaresen un solo habitáculo. Este panorama puede recordar un urinariopúblico masculino, cercano a una cervecería.

Extremadamente inteligentes, no trabajan en nada; o, en su defecto, sehacen funcionarios. Aferrados en el lugar de la rompiente de lasoportunidades, no necesitan moverse para conseguir alimento, lo queles supone una gran ventaja. Se apañan con una sola neurona, que seextiende la lo largo de su anatomía fálica (al igual que muchoshumanos).

Mantienen la base pegada a la roca de los privilegios con tal suertede pegamento natural, que no hay forma de despegarles, ni hacerlesdimitir (como ocurre con nuestros políticos).

Se cimbrean al hilo de las corrientes, de modo que pueden cambiar deorientación sin suponerles ninguna incomodidad, mucho menos ningúntrauma (idem de lo mismo).

En la mesa, resultan ser un exquisito manjar, a pesar de su aspectoimpúdico y repelente. Es para lo único que sirven… si no están pochos.

OS SEGUIRÉ HABLANDO DEL CENTOLLO, DEL BOGAVANTE Y DE LA ALMEJA MARINERA.

martes, 3 de marzo de 2009

EL PULPO

Uno de los animalitos más inteligentes del medio marino, si no el quemás, es el pulpo. Sólo tiene un defecto (a juicio de las mujeres): le sobran tentáculos (manos).

En efecto, mete mano (tentáculos) por donde puede y/o le dejan, lo quehace que las sirenas se sientan extremadamente quejosas de ellos.Algunos ejemplares también meten mano (tentáculos) a los bienesajenos, por lo que se colocan en ayuntamientos marinos, donde puedenarramplar a sus anchas, lejos de la ira de Neptuno.

También producen chupetones, por las ventosas que se alinean a lolargo de los tentáculos; lo es muy celebrado por los varones humanospromiscuos, que siempre pueden argüir la disculpa ante su mujer: "melo hizo un pulpo"(*).

(*) No utilizar este argumento, si no es usted miembro del equipo debuzos de la guardia civil.

Especialmente dotado para las matemáticas, posee la habilidad de sumarcon los dedos. Algunos autores afirman que, incluso, sabe multiplicar.Otros, se aventuran más allá, dotándoles del don de la escritura: enefecto, utilizarían su tinta y los tentáculos para escribir varioslibros a la vez, o uno de gran extensión. En este sentido, se lesatribuye la autoría de multitud de culebrones y/o telenovelas.

Comen casi de todo, pero siente predilección por los mejillones y las almejas… (dicho sin mala intención)