viernes, 29 de octubre de 2010

EL GAVILÁN POLLERO

La serie de televisión El Águila Roja, podía tener un pase en la línea de divertimento para todas las edades. Tanto el héroe como su escudero, hijo y “familieja”, estaban en la tónica de esas series juveniles de ambiente docente. Podía perdonársele el lenguaje coloquial y algo castizo, en aras de un acercamiento al mundo infantil, y las secuencias fantasiosas algo subidas de tono, para adolescentes. De postre, podíamos disfrutar del desfile de generosos escotes de las féminas y algún que otro desnudo bien fotografiado, para todas la edades.

Hasta aquí, no íbamos mal.

Pero resulta que las escenas de tortura han ido ganando temperatura. Y aquí es donde se le ve el plumero, no al Águila Roja con su pluma, sino al trastornado que pare y/o coordina el guión.

¡Se ha pasado usted caballero!

Los espectadores no tenemos la culpa de sus traumas psicosexuales y ya estamos hartos de aguantar tanta violencia en las películas americanas (y en la realidad). Ya sabemos que el ser humano es capaz de las atrocidades más aberrantes, pero no me las incluya en un serie de divertimento, porque ha dejado de serlo desde el capítulo de ayer, que no tenía desperdicio. Para más INRI, no sabe usted hacerlo. Ya que se mete en harina, y el malo manda desnudar a todos los rehenes para violarlos y matarlos, pues sepa usted salir airoso de la secuencia y resolverla como lo haría un buen cineasta. Y no que terminan todos en camisón participando de escenas que rozan lo ridículo. No sólo es/son usted/ustedes unos trastornados, sino, además, reprimidos. Y, desde luego, pésimos guionistas.

Esta serie no la salvan ni los buenos actores, ni la belleza de las mujeres, ni la excelente fotografía, ni la correcta realización.

Por ello, lo que comenzó con el nombre de Águila Roja, lo he degradado a El Gavilán Pollero.

Pido que den la responsabilidad de estas obras a los que valgan para llevarlas a buen puerto.

martes, 26 de octubre de 2010

PELÍCULA NORTEAMERICANA

¿Cómo hacer una película norteamericana al uso?

Ingredientes:
1. Dos o tres productores forrados, con ánimo de lucro.
2. Buenos actores, que no les importe hacer una película mala.
3. Uno o dos actores estrella, con buen palmito. Aunque no sepan de arte dramático, no importa.
4. Varios guionistas “negros” (y no me refiero al color de su piel)que escriban las primeras paridas que se les ocurran.
5. Los bravos muchachos (el ejército americano) y/o unos cuantos extras vestidos de policías tontos.
6. De 500 a 1000 Kg de salsa de tomate o sirope de frutas rojas para muchas escenas sangrientas.
7. Unos toques de sadismo en torturas a los buenos, que eso impresiona al personal y le acopia de odio para que luego lo practiquen con losmalos.
8. Violaciones o escenas de amor, donde parece que hay sexo, pero no explícito, porque en la moral norteamericana no está contemplado. Si bien, está bien vista la tortura y el asesinato.
9. Un experto en explosivos, a poder ser valenciano, que asegure traca y mascletá.
10. Mínimo, un helicóptero que vuele de día y de noche, dando el coñazo durante la proyección del film.
11. Imprescindible, un o dos asesinos en serie, a poder ser verídicos.
12. Un director que se venda a un equipo de productores psicóptas, se encargará de refundir y supervisar el guión definitivo, dándole ese tono morboso y rocambolesco.

Júntese todo y póngase a macerar. Hágase un gran campaña de publicidad y dígase que lo que se va a proyectar es nuevo.
¡Hay tantos ejemplos, que para qué voy a citar alguno!

SERIE DE TV

¿Cómo hacer una serie mala de televisión, pero que parezca que es buena?

Ingredientes:
1. Dos o tres productores apegados a los políticos de turno.
2. Unos cuantos actores jovencitos, des esos que no saben ni hablar,por no decir que no saben actuar, salidos de alguna de esas estúpidasseries juveniles.
3. Uno o dos actores veteranos para disimular.
4. Varios guionistas “negros” (y no me refiero al color de su piel)que escriban las primeras paridas que se les ocurran.
5. Fofito se encargará de refundir y supervisar el guión definitivo,dándole ese tono coloquial, que a muchos se nos antoja ñoño y/ogilipollas.
6. Unos cuantos caballos para cuando haya guerra.
7. De 50 a 100 Kg de salsa de tomate o sirope de frutas rojas paramuchas escenas sangrientas.
8. Unos toques de sadismo en torturas, que eso impresiona al personal.
9. Violaciones o escenas de amor, donde las jovencitas enseñen lastetas y/o el culo. 10. Un director que se venda a este tipo de bazofias y/o que seaimbécil de natura.

Júntese todo y póngase a macerar. Hágase un gran campaña de publicidady dígase que lo que se va a emitir es Nuevo. Así se hizo Hipania, por ejemplo. Digo yo de copiar de Yo Claudio;como copiar, ¡clavarlo! Total, también va romanos.

jueves, 14 de octubre de 2010

INMIGRANTES

Inmigrante es aquella persona que se ve obligada a trasladarse a otro país, al que considera un paraíso, para ganarse la vida, ya que en el suyo las condiciones de supervivencia suelen ser escasas o de hambruna.


Un ejemplo de inmigrante es un español de antaño desplazado a Argentina, Francia o Alemania, para trabajar como un cabrón, mientras escucha España Cañí en un radiocasete guarrindongo.


Con el transcurso del tiempo, la tortilla dio la vuelta y nos vimos en la texitura de acoger a los que nos acogieron y/o a otros más necesitados. Nuestros estadistas abrieron la puertas de la frontera en tiempos de vacas gordas, de modo que casi se nos viene toda África a la península, entre otros.


Tolerantes y cristianos acogimos todo aquello que traspasaba la línea fronteriza, incluso en procelosas pateras.


¡Que buenos somos los españoles y que buenas son las hermanas ursulinas que nos llevan de excursión!


El planteamiento era perfecto: harían los trabajos que nosotros no queremos, pagarían la seguridad social y enriquecerían el acerbo cultural. Además, sus mujeres parirían por las nuestras, que ya no quieren. Pero…


¡Mierda, se jodió el invento!


Ahora están de sobra y son una carga para el estado ¿quién iba a pensarlo?


De repente, apareció la xenofobia y un rotundo motivo para echar la culpa al gobierno. Países como Francia, reaccionan con la expulsión, más o menos justificada.


¡Vaya, vaya, se nos acabó la caridad, la solidaridad…, y el puesto de trabajo!


ESTE ESCRITO ES PARA RECORDAROS AL ESPAÑOLITO DE ANTAÑO QUE ESCUCHABA “ESPAÑA CAÑÍ” EN SU VIEJO CASSETE, MIENTRAS TRABAJABA COMO UN CABRÓN EN UNA MINA DE IDEM, (pongo por caso).

domingo, 10 de octubre de 2010

ESO LLAMADO MUJER

Para saber si uno está casado con una mujer o con un hombre, no es necesario mirarle el carné de identidad. Cuando Adán se dirigió por primera vez a Eva, ésta le espetó: “para hablar conmigo, antes deberás cambiarte de ropa, que estás hecho un adán”. Esta frase jamás la diría un gay, muchos menos un varón, y fue la primera gran oración descriptiva del idioma de la mujer.

La mujer es una máquina perfecta, dotada de una bella carrocería y de un don de palabra que nos deja a los hombres en pañales. El mejor parlamentario no emite tantas palabras por minuto como ellas.

Su noción de la filosofía es contundente y no suele entrar en divagaciones metafísicas, que, por otro lado, no conducen a nada. Pero son grandes expertas en “marear la perdiz”, dándole la vuelta a la oraciones gramaticales. “Donde dije digo, digo Diego” es lo que al hombre le resulta incompresible y provoca cortocircuitos en sus delicadas neuronas. Y, lo peor, están dotas de una memoria de elefante, de modo que son capaces de recordarle a uno lo que dijo hace varios años, con especificación del día, fecha y hora, más las condiciones meteorológicas de la estación.

El idioma de la mujer se reconoce en multitud de anécdotas de la vida familiar. Por ejemplo, si uno le pregunta dónde están mis calcetines, y ella responde “en su sitio”, lo que ha querido decir es: “jódete que no tienes ni puta idea de donde están”. Como éste, existen miles de modismos idiomáticos que confunden al varón, al no existir un diccionario de la Real Academia Femenina de la Lengua.

Su sentido de la diversión es diametralmente opuesto al nuestro: para ellas, pasarlo bien consiste en ir al hipermercado, recoger el trastero, visitar a sus familiares (además del padre o madre), pasar un agradable domingo arreglando el calentador, jugar al parchís con los niños, visitar a los enfermos, visitar a los ancianos, visitar el cementerio. Esto último ha de hacerse rigurosamente por este orden, porque, de lo contrario, invertimos la variable tiempo y acabamos muriendo antes de nacer.

Además, y para más INRI, les va la marcha cantidad: comidas copiosas con los amigos, visitas museos, discoteca hasta altas horas de la madrugada.

Un servidor y otros autores, ha llegado a la conclusión de que lo hacen para cansarnos. Así, cuando llega la hora de lo que más nos gusta, estamos hechos unas bragas y no nos apetece o no podemos cumplir.

A las mujeres le encanta ir al médico. Estoy seguro que la figura del doctor significa para ellas un deidad todopoderosa capaz de sanarlas o arreglarles el trigémino. Si usted ha estudiado medicina (mejor en su especialidad ginecología) tiene casi todo ganado con ella. Sí además, le gusta recoger el trastero y hacer “obritas” en casa es usted el superman de los maridos.

El olfato de la mujer es felino. Por mucho que uno se lave, detectan el menor olor añejo. Está especializada en perfumes y olor corporal de mujer ajena, para lo que no hay defensa posible, por mucho que el varón se duche después de una ventura.

Las mujeres van por la vida de sensibles y románticas; pero es sólo una fachada, como demostraré en esta última argumentación de hoy: 1. el que se marea cuando sangra es el hombre, no ellas. 2. las que paren los hijos son ellas. 3. Las que cargan con las mayores responsabilidades son ellas.

Por eso, cuando quieren guerra (sexo), no re refieren a caricias, mimos, palabras dulces y otras mariconadas. Si no se te pone como cuello de un ciclista, lo llevas crudo muchacho.