viernes, 7 de octubre de 2011

VACACIONES

Dios creó al hombre en estado vacacional. Véase, si no, que en el Paraíso no había que trabajar, ni hacer la colada, ni nada. Bastaba con alargar la mano y coger la fruta de los árboles. Es verdad que daba mucho trabajo estar todo el día de polvos con Eva, para cumplir con el mandato divino de la procreación (malpensados).

El trabajo es un invento humano. Aquello de “ganarás el pan con el sudor de tu frente” no es castigo divino ni nada. Es mala leche. Tampoco lo es, tener que recoger el trastero y pasar el polvo a los muebles, que fue un invento de Eva.

La cuestión es que en el Paraíso se estaba mejor que en las Bahamas, cosa que a algún H de P le venía sesgado e inventó el trabajo, el sufrimiento y el sacrificio, alegando que nos acerca a Dios. ¡Falso! Cuando se está de muy mal café, por el estrés del trabajo, más bien se acerca uno a la maldición de las cosas sagradas, que a su veneración. Salvo que se sea masoquista.

Ahora bien, ¿qué es un estado vacacional?

Para los hombres, consiste en ser náufragos en una isla caribeña, compartida con una bella señorita, también náufraga. Los problemas de familia quedan atrás, así como los del trabajo y del mundo, en general. Se retorna al estado de Adán en el Paraíso. Por toda preocupación, un calendario de polvos bien administrados.

¡Pues no! Alguien inventó las vacaciones con toda la familia, la suegra, el perro y el periquito. El coche cargado a tope. Y en la playa ¡un legionario! cargado de bultos. Las evas quedan en la sombrillas de al lado, absolutamente inaccesibles.

También se inventaron los cruceros. Que son una manera estúpida de llevarse la casa o el hotel al mar. Y lo peor, que como te llevas a tu pareja, te pierdes la pastelería de mujeres que van a los barcos a ligar, o a pillar pareja.

Yo voy a emprender un estado vacacional, al revés. Por ejemplo, si en el mar se ven centollos, yo los veo a diario en la oficina. En vez de mar, veré el estanque del retiro. A las suecas vestidas...

Serán unas vacaciones castas, que elevarán mi espíritu a las alturas del Creador, mediante la meditación y el éxtasis. Además, mejoraré mis aficiones intelectuales. Todo son ventajas…

… pero añoraré al náufrago, que por una de esas casualidades de la vida, fue a parar a una isla desierta con Natalie Portman…

… ¡que le obligará a barrer la isla, recoger la cueva y pasar el polvo a las palmeras!

¡Porca miseria!

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