viernes, 6 de agosto de 2010

¡TOMA YA FILOSOFÍA!

¿Dónde están los límites de lo que yo percibo como mi ser?

Me siento más grande, cuanto mayor es mi circunstancia; como puede ser el dinero, el poder… también un cuerpo atlético y bien formado. Sin duda, los afectos que me rodean…

¿Y qué pasa cuando a me quitan algo de eso? Pues sigo teniendo conciencia del yo, pero siento que me falta algo. Por ejemplo, la muerte de un familiar muy cercano se percibe como una amputación; y un amputación como la pérdida de una parte de mi totalidad. Y, ante un amputación real, se sigue percibiendo el miembro perdido mucho tiempo después de separado de cuerpo.

Sin embargo, intercambio materia con el exterior sin sentimiento de pérdida; como, por ejemplo, las células muertas de mi piel y los productos de desecho, tanto sólidos, como líquidos y gaseosos. Añadida la circunstancia de que, en realidad, “somos transparentes”, compuestos por células, éstas por átomos y estos por partículas muy separadas entre sí, resulta difícil comprender cómo es posible la conciencia de identidad de nosotros mismos.

Resumiendo, soy una especie de cuerpo esponjoso que cambia la piel de continuo, caga, come, mea y se tira pedos a diario.

Tras esta profunda reflexión, resta por localizar la ubicación de la conciencia, que muchos creen en el cerebro. Empero, sin embargo, vista la masa gris de algunos, queda invalidada esta teoría. Va a ser que se ubica en la punta de los dedos, sobre todo en el índice y el corazón. Con el primero, Colón señaló al Nuevo Mundo, con el segundo indicamos al otro por dónde debe meterse sus argumentos.

La nueva imagen del Universo obtenida con el telescopio Plank es como nosotros mismos, polvo, materia y antimateria. Nadie sabe para qué sirve, pero no hay duda de que somos parte de él. ¿

Tiene el universo conciencia de sí mismo? Aquí os dejo esta pregunta para que os entretengáis más que con un sudoku. No sirve para mucho, pero resulta ser un buen laxante para el cerebro.

En pocas horas, tendréis diarreas mentales como las mías.

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